Un ciudadano australiano, Simon Charles Dorante-Day, ha hecho una sorprendente afirmación: sostiene ser el hijo biológico del Rey Carlos III y la Reina Camila. Si se confirma su parentesco, la situación podría complicar el orden sucesoral de la monarquía británica, planteando un desafío directo al príncipe Guillermo.
La noticia ha cobrado aún más relevancia en el contexto del diagnóstico de cáncer del Rey Carlos III, lo que añade una capa de presión sobre la monarquía británica en un momento ya delicado. La revelación de Dorante-Day surge en medio de una visita oficial del Rey y la Reina a Australia, lo que ha suscitado un gran interés mediático y especulaciones sobre las implicaciones de sus afirmaciones.
Dorante-Day ha solicitado públicamente una prueba de ADN para demostrar su vínculo con la realeza. De confirmarse su parentesco, podría tener derechos sobre el trono británico, lo que podría provocar una serie de consecuencias legales y políticas en la monarquía.
A pesar de las dramáticas alegaciones, el príncipe Guillermo ha declarado que no se siente amenazado por la posibilidad de tener un hermanastro. En lugar de centrar su atención en estos rumores, se enfoca en sus responsabilidades y su papel como futuro rey de Inglaterra.
Guillermo está dedicando su tiempo a causas sociales, como ayudar a personas sin hogar, lo que refleja su compromiso con el bienestar de la comunidad. Mientras tanto, su hermano Harry reafirma su lealtad hacia Guillermo, mostrando un frente unido ante las adversidades que enfrenta la familia real.
La respuesta de la familia real y el gobierno australiano será crucial para entender el impacto que esta situación tendrá en la percepción pública de la monarquía. Aunque las reacciones aún son inciertas, la familia real parece mantenerse firme ante estas acusaciones inesperadas. La situación de Dorante-Day y su reclamación añade un nuevo nivel de intriga y complicación a la narrativa de la familia real británica.